En recuerdo de Juan Duch Colell
Décimo aniversario
Juan Pablo Duch Martínez

Hombre comprometido con sus convicciones, que siempre puso por encima del interés personal el beneficio de los demás y que, por lo mismo, consagró todo su talento y esfuerzo a cumplir su máxima aspiración: contribuir a forjar un mundo mejor y más justo.

Así era don Juan Duch Colell, mi padre, cuyo décimo aniversario de su fallecimiento recuerdo con emoción, desde Moscú, en la lejana Rusia, mañana miércoles 10 de septiembre.

De padres catalanes, pero nacido en Mérida, don Juan llevó en la sangre sus raíces españolas y también se sintió cabalmente yucateco al llegar a amar, con verdadera devoción, la tierra en que vino al mundo y en la cual también habría de morir.

Juan Duch Colell logró —para legítimo orgullo de su familia— que su obra trascienda al ser humano.

Porque la enciclopedia “Yucatán en el tiempo” —cuya coordinación general estuvo a cargo de mi padre, con el invariable y decisivo aliento de su entrañable amigo don Raúl Casares G. Cantón, un yucateco ejemplar que asumió la dirección general de ese magno proyecto cultural— es un valiosísimo acervo de conocimientos sobre Yucatán, de obligada consulta hoy y siempre.

Poeta, periodista, orador, promotor cultural Juan Duch Colell —en Mérida, la ciudad de México, Barcelona, Moscú y tantos otros lugares en los que por temporadas residió o visitó por su actividad profesional— alcanzó la cima en el oficio de escribir, al que se dedicó durante poco más de seis décadas.

“Un oficio que ejerció con esmero y pulcritud. Su prosa profesional, irreprochable, revela al apóstol del idioma, porque es un apostolado, a esta hora inundada de barbarismos, sumisiones al extranjero y otros atropellos a la lengua, cultivar el castellano con la propiedad, el respeto y la galanura con que lo hizo Duch Colell”, apunta el Diario de Yucatán, en su edición del 11 de septiembre de 1998, en la emotiva nota necrológica que publicó sobre el fallecimiento de mi padre.

De esto dejó amplia constancia en su fecunda trayectoria, desde que dio sus primeros pasos en periodismo —empezó con apenas 17 años de edad en la redacción del Diario del Sureste y, en diferentes etapas, fue reportero, columnista, corresponsal, enviado especial, editorialista, jefe de Redacción y director— hasta las últimas páginas que revisó de alguno de sus varios libros inéditos, que ya no pudo entregar la imprenta, al morir dos meses y medio antes de cumplir los 78 años.

Juan Duch Colell, el periodista, escribió miles de artículos, reportajes, entrevistas, crónicas, editoriales y ensayos para medios muy diversos, entre los cuales cabe destacar, por citar sólo algunos, la revista “Siempre!” y los periódicos “El Día”, “El Universal”, o el propio Diario de Yucatán.

Poeta con mayúsculas, los poemas de don Juan están reunidos en libros como “Viaje interior”, “Canto a Gustavo Río”, “Abuelo/Taller”, la antología “Poemas”, “Frío y fuego” o “Breve Océano”.

La ya mencionada enciclopedia “Yucatán en el Tiempo” culminó las relevantes acciones culturales que, desde mediados de los setenta, emprendieron mi padre y don Raúl Casares G. Cantón: las colecciones de libros “Tierra Nuestra” y “Yucatán en las letras”, así como la revista “Juzgue”.

En el ámbito de la promoción cultural, tuvo importantes responsabilidades como coordinador regional del Instituto Nacional de Bellas Artes en Yucatán y Campeche; director general de la editorial Durel, en la ciudad de México; director general del Archivo General del Estado y director general del Instituto de Cultura de Yucatán, entre otras.

Muchos, y muy merecidos, reconocimientos recibió Juan Duch Colell: en 1980, “Hijo Distinguido” de Mérida por el Ayuntamiento de la ciudad y medalla “Eligio Ancona”, que otorgan la Universidad y el gobierno del Estado a yucatecos ilustres; en 1988, el Premio Regional de Periodismo “José Pagés Llergo”, que conceden el Programa Cultural de las Fronteras y los gobiernos de Campeche, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán; en 1997, la medalla “Casa de España” de Mérida; en 2002, en su cuarto aniversario luctuoso, el Patronato Pro Historia Peninsular, A.C., que preside la señora Margarita Díaz Bolio de Ponce, develizó una placa en el predio donde nació en el número 482 de la calle 63 de Mérida.

Desde estas generosas páginas expreso el agradecimiento de mi familia a los participantes y al público que asistirá este miércoles al homenaje a mi padre, que la Universidad Modelo y la Asociación Casal - Catalá tuvieron a bien organizar a las ocho y media de la noche en el Salón de Actos de la Escuela Modelo.— Moscú, Rusia, 9 de septiembre de 2008.